Alfonso Rueda Valenzuela, presidente de la Xunta de Galicia

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¿Cuál es la situación de los gallegos que viven fuera de su tierra? No cabe duda de que somos un pueblo fuerte y solidario. Allá donde vamos mantenemos nuestras raíces y nuestra cultura, nos apoyamos y nos ayudamos, y somos un ejemplo de trabajo, esfuerzo y calidad humana. Por eso se puede decir que no hay gallegos de fuera: sólo hay gallegos, estemos donde estemos.

¿Hay mucho retorno de gallegos a Galicia? Eso estamos notando. Las estadísticas nos dicen que el retorno sigue creciendo, incluso pese a la pandemia y a los problemas de movilidad que provocó.

Tanto es así que, gracias al retorno, en 2019 pudimos revertir la balanza demográfica. Esta tendencia viene a demostrar que nuestra sociedad, nuestra economía y nuestra calidad de vida son elementos con suficiente entidad como para convencer a los que un día decidieron marcharse o a sus descendientes para empezar aquí una nueva vida.

¿Qué programas de ayuda existen? o que hemos hecho en Galicia es poner en marcha una estrategia global de retorno, con 64 medidas, en la que están implicados todos los departamentos de la Xunta. Está en marcha desde 2018 y, por los datos, es evidente que está obteniendo buenos resultados.

Dentro de esa estrategia tiene un papel líder e importantísimo la Secretaría Xeral da Emigración. Desde ella, entre otras cosas, apoyamos directamente a los emprendedores retornados; a los estudiantes universitarios gallegos del exterior para que puedan realizar un máster en una universidad gallega y apuesten así por quedarse en Galicia; y también damos un apoyo social a quienes acaban de regresar y necesitan ese impulso económico que les permita adaptarse a nuestra sociedad.

¿Qué papel desempeñan las casas gallegas repartidas por todo el mundo? Vuestro papel es esencial: lo ha sido durante muchos años y espero que lo siga siendo durante muchos años más.

No sois sólo un lugar de encuentro y socialización, sino que además sois nuestros mejores embajadores a la hora de promocionar nuestra cultura, potenciar el uso de nuestro idioma y mantener el amor por Galicia en todas las esquinas del mundo. Ese apoyo social y cultural se torna especialmente fundamental en países con situaciones delicadas, donde las asociaciones de gallegos realizan una importante labor de cuidado y protección de los gallegos en situaciones más vulnerables: los ancianos sin recursos o sin familia, las personas con dependencia sin apoyo o los enfermos que no pueden hacer frente a determinadas circunstancias sanitarias.

Desde la Secretaría Xeral de Emigración y otras áreas de su gobierno, ¿algún proyecto nuevo o iniciativa en la que se esté trabajando? De hecho, estamos a punto de aprobar la nueva Estratexia Galicia Retorna, que mencionaba anteriormente. Contar con un nuevo plan nos permitirá intensificar el trabajo a favor del regreso a nuestra comunidad de aquellos gallegos y descendientes que desean apostar por Galicia para poner en marcha un proyecto de vida.

Nuestro objetivo es que esta nueva Estratexia tenga más medidas que la anterior, y eso que ya eran numerosas. Nos servirá de hoja de ruta al menos hasta el 2026.

El Lar Gallego de Sevilla es de las casas más antiguas y es muy conocida en la capital hispalense. ¿Conoce nuestras actividades y nuestro Lar? Evidentemente. Durante los años que fui responsable de la Vicepresidencia Primera de la Xunta tuve la oportunidad y la suerte de conocer de cerca el trabajo de las asociaciones gallegas.

Ahora, desde la Presidencia, mi objetivo es continuar ese contacto estrecho con todas las casas y asociaciones porque, como decía antes, soy presidente de todos los gallegos, residan donde residan.

¿Hasta dónde llega la importancia de los gallegos que viven en el exterior? Es inmensa. Es tal que sin ellos Galicia no sería lo que es a día de hoy. Nuestros emigrantes nos han aportado enormes valores; han contribuido a que nos enriqueciéramos con otras culturas; han aportado innovación, conocimiento y formación a nuestra sociedad; nos han abierto las puertas del mundo; fueron creadores de grandes obras de nuestra cultura y en nuestro idioma y son, y serán siempre, fundamentales para comprender nuestra idiosincrasia y nuestra forma de estar en el mundo.

Por último, ¿podría dirigir unas palabras a los socios del Lar Gallego y a todos los lectores de Anduriña? Lo primero, y creo que más importante, es dar las gracias a todos y cada uno de los miembros del Lar. Gracias por seguir unidos a Galicia, tantos años después. Gracias por ser ejemplo de lo mejor de nuestro carácter gallego: siempre abierto, integrador y solidario. Y gracias, en definitiva, por vuestro esfuerzo, porque vuestros logros no se consiguen bajando los brazos, sino arrimando el hombro día tras día.

Además de agradecimiento, me gustaría aprovechar esta pequeña ventana abierta para trasladar una invitación a todos, socios o no, gallegos o no. Las puertas de nuestra tierra están siempre abiertas. Este doble año histórico Xacobeo hemos demostrado que Galicia es casa y destino: una casa para que comience una nueva vida quién quiera iniciarla aquí y un destino para el que venga a disfrutar del mejor paisaje, gastronomía y patrimonio. Me gusta decir que vivimos en el mejor lugar del mundo y, precisamente por eso, me encantaría que todo el mundo nos visitase para comprobar que es cierto.