Braulio Luque, el último carpintero de Triana

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La tradición carpintera de Sevilla es centenaria. La carpintería de ribera, los calafates, la ebanistería, la
imaginería, … la madera forma parte de la historia y de la cultura de esta tierra. Son los maestros de la madera
alejados de la producción en serie de naves industriales. Su trabajo es artesano, es un gremio que resiste al paso
de los años y a grandes naves en los polígonos. Braulio es ejemplo de la supervivencia. Cada pieza, cada trabajo
que hace con sus manos, es como una pequeña obra de arte que perdurará todo lo que la madera aguante al
paso de los años.

Braulio Luque Romero es un artista de la madera que trabaja desde los 15 años en la calle Febo en su
Carpintería Triana. Pertenece a la tercera generación de una familia extensa de carpinteros. Su padre y su abuelo
eran de Carrión de los Céspedes, hacían ataúdes en aquella época y también su abuelo materno se dedicaba al
oficio de la carpintería en Huévar del Aljarafe. Sus padres se conocieron en la antigua Chapina al olor del serrín.
Braulio sigue con la tradición y son famosos sus pasitos para niños de Semana Santa, sus juguetes de madera
y sus mesas camillas preparadas para brasero y también para radiadores de aceite que dan la vuelta a España
en la temporada de invierno. Preside su coqueta carpintería un reloj de madera de un siglo y los útiles clásicos
heredados de su padre, entre otros un cepillo, una segueta y una garlopa.

“He mandado mesas camillas hasta Galicia”.

¿Usted debía ser carpintero por tradición familiar? Desde luego, mi abuelo paterno era carpintero, mi padre, un hermano, mi abuelo materno, es lo que he vivido y he visto siempre. Así que a mí me tocaba también. Además, es una profesión que me encanta.


¿Y se pierden estas profesiones? Un poco sí. Si no hay nuevas generaciones se acabarán perdiendo. Además, ahora
hay mucha carpintería industrial en los polígonos. Aquí el trabajo es artesanal, y se hace de forma personalizado. Hago todo lo que me pide un cliente en madera.

¿Qué hace en su carpintería? Un poco de todo, pero trabajo de carpintero tradicional no industrial como en los polígonos. Hago mesas camillas, es muy sevillano el producto, fabrico casi un centenar por temporada, que he mandado a Galicia, Valencia o Madrid. También hago pasitos para niños de la Semana Santa y uno más grande de más de 2 metros y medio de largo para los Maristas de Triana, que sale el Viernes de Dolores. Y también juguetes como caballitos o casitas.

¿De las sobras de la madera se aprovecha todo? Bueno antes la viruta se destinaba para las cuadras de caballos. Y el serrín iba para los bares y ahora vale por ejemplo para adornos de un portal de belén. Pero es verdad que todo se puede aprovechar, y los restos de madera valen de cuñas para las puertas.


¿Y muebles? Hago mesas, estanterías, librerías, y como más curioso también he fabricado bastoneros, jaulas para pájaros, papeleras, todo lo que se pueda hacer de madera, lo hago.

¿Sus maderas favoritas? El pino gallego, pino Flandes, haya o abedul son las que más empleo.