Santiago Bolíbar Piñeiro, Almirante de la Flota Española hasta el verano de 2015

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Toda su vida en la Armada, desde teniente de Navío hasta Almirante de la Flota, ¿lo mejor de su vida militar? Bueno, sí, desde que ingresé en la Escuela Naval Militar en 1970, hasta que dejé mi cargo de Almirante de la Flota ha pasado muchos años, cuarenta y cinco, cuarenta desde que salí de la Escuela Naval Militar. Es muy difícil decir qué es lo mejor de mi vida militar. Yo he tenido suerte y he mandado mucho en la mar, algunos mandos singulares, como el mando de la Nao Santa María y de la expedición del V Centenario, o el Juan Sebastián de Elcano en su X vuelta al mundo, pero también en tierra he tenido destinos para mí muy especiales, como haber sido Comandante de una Brigada en la Escuela Naval Militar. Por supuesto, también han sido muy satisfactorios mis destinos de Contralmirante, Vicealmirante y Almirante donde fui cuatro años largos Almirante de la Flota. Sin duda la carrera de oficial de la Armada, es preciosa, versátil, interesante, muy exigente en esfuerzo y total dedicación, pero también en mi caso muy satisfactoria. Lo mejor para un Oficial de la Armada es el mando en la mar, y dentro de eso lo más importante son los hombres y mujeres que mandas, tus dotaciones, ellas son las que te dejan los mejores recuerdos de tu vida militar.

Puerto de Bueu, donde nació su padre y mantienen la casa familiar mirando al mar. Foto: Turismo de Galicia.

            29 mil millas en la Santa María por medio mundo, 70 puertos, en la conmemoración del V Centenario del Descubrimiento, el sueño de cualquier marino, ¿cómo vivió el viaje al mando de la expedición? Es una pregunta un poco larga, porque el viaje de 29 mil millas fueron dos años navegando y eso es muy difícil de resumir. Desde luego fue una gran experiencia, porque salió bien. Nosotros recordamos el Descubrimiento 500 años después, con dotaciones del siglo XX, objetivos del siglo XX y otros factores, políticos, históricos también del siglo XX, pero los barcos estaban construidos arqueológicamente muy bien, eran como los del siglo XIV, sobre todo en los temporales claro, que es cuando pasan las cosas, por tanto eran inseguros. Éramos 12 militares y el resto hasta 75 civiles, que en barcos inseguros, recordábamos un hecho histórico impresionante y grandioso, pero incomprensiblemente por algunos discutido, politizado por su importancia, y por tanto muy tratado por la prensa con ese matiz. Si metemos esos factores o condicionantes en una coctelera, de cien veces que se haga el viaje noventa y nueve pasa algo y sale mal, o no se hace. Se podía haber perdido alguna vida, o algún barco o todos, y hubiera sido algo terrible. Comentarios como “Colón llegó“ etc. nos hubieran destrozado. Y realmente hubiera sido un gran problema para mí, para la Armada y para ESPAÑA, pues era un viaje de Estado, y enormemente conocido. Por tanto yo como Comandante de la Santa María y Jefe de la Expedición, tenía una gran e histórica responsabilidad, de sacar adelante el viaje y sin problemas señalables que lo hicieran inviable o no recomendable. Había que prever mucho los riesgos y tratar de minimizarlos, la mar era lo más importante y la meteorología era un factor de obligada consideración. Había que cuidar la convivencia en los buques, y había que llevar bien las relaciones con todo lo que rodeaba el viaje. Alguien dijo, cuanto más arriesgada es la aventura, más sensato ha de ser el aventurero. Así llevé yo el viaje, con toda la sensatez y previsión posible, preocupado en la mar, en ocasiones varias, donde realmente hubo riesgos muy serios, muy preocupado, y muy ocupado en puerto, por las muchísimas actividades que teníamos. Todo salió no bien, sino muy bien.  En la mar sin novedad, sólo un herido. En los puertos, la aceptación fue enorme, sirva como ejemplo que en Miami nos recibieron 250000, personas y 4500 barcos, , ocho millones de personas vieron personalmente las naves, y 80 millones conocieron del evento. La experiencia fue única, y muy enriquecedora.

Sevilla es capital marinera y muy desconocida. ¿Su rincón favorito de Sevilla? Sevilla sí fue la capital marinera de España, cuando la Escuela de Pilotos que ocupó el Palacio de San Telmo controlaba a nuestros pilotos y maestres, y la casa de Contratación, controlaba el tráfico con América, eran los momentos que España dominaba todos los mares conocidos y duró casi dos siglos y medio largos ¡qué grande, marinera y bonita ciudad fue y es Sevilla! Buscar un rincón preferido en medio de tantos preciosos en muy difícil, así yo más que rincones casi prefiero hablar de vistas, que son casi visiones en Sevilla, como me gustan los toros, pues desde dentro de la  plaza de la Real Maestranza, la vista de la Giralda sobre los arcos y tejas de la Plaza siempre me ha gustado, o la vista desde Triana de la Torre del Oro con la Catedral y la Giralda al fondo, o cualquier vista desde la Plaza de la Virgen de los Reyes a la Plaza del Triunfo, que cierran el Palacio  Arzobispal, La Giralda, la Catedral, el Archivo de  Indias y los Reales Alcázares.

Unas palabras para nuestros lectores de Anduriña, la Casa de Galicia de Sevilla,… Qué bonito nombre, Anduriña, golondrina en castellano, a mí me suena mejor Anduriña, me recuerda una canción ya antigüa y poco conocida, pero muy bonita aunque triste, “unha noite na veira do trigo”, que cuentan las desdichas de dos amantes, una que se queda y otro que se va a las Américas, se muere en el barco, y ella se muere claro y se supone que de añoranzas. Muchas de nuestras canciones gallegas antigüas son tristes, influencias del siglo XIX, pero el gallego no lo es, es muy animado, generalmente feliz por su capacidad de adaptación a su entorno y a lo que tiene, y muy duro y trabajador, y desde luego es en general muy marinero; en España, Galicia es la tierra que da más gente en tanto por ciento de población a las tres Marinas, de Guerra,  mercante y de pesca, y su aportación a la mar a lo largo de la historia ha sido enorme, por tanto siempre hubo mucho gallego en Sevilla, comenzando por Don Payo Gómez Charino, Almirante de Castilla nacido en Noya, que mandó las Galeras de Castilla que rompieron las cadenas del Guadalquivir  y permitieron la reconquista de Sevilla. A los que hoy residís en esa preciosa ciudad, disfrutarla, que seguro que lo estáis haciendo, eso sí conservando esa añoranza suave a las rumorosas costas y verdes montes, de nuestra tierra vieja de la vieja España, la primera que emergió de las aguas y donde Dios puso su mano para descansar y así hizo sus incomparables rías bajas cuyas aguas son las más ricas del mundo en microplacton, por eso ese pescado y marisco incomparables. Yo creo que a vosotros que vivís en Sevilla, os pasará un poco como a mí, que he sido trashumante, con 29 cambios de destinos, 24 cambios de residencia, y sumando años 23 en Andalucía. Se tiene añoranzas de todo y morriña de Galicia o de Andalucía, de la que se esté ausente, el tema no tiene solución, pero creo que esa morriña permanente bien valió y sigue valiendo la pena.