Patricia del Pozo, Consejera de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía

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Patricia del Pozo Fernández es licenciada en Derecho por la Universidad de Sevilla, especialista en Derecho Comunitario Europeo y ha realizado todos los estudios de Doctorado en Derecho Público. Desde enero de 1996
forma parte de la Asesoría Jurídica del Grupo Popular en el Parlamento de Andalucía. Durante una década y hasta el 2018 ha sido diputada autonómica en el Parlamento de Andalucía. Actualmente es vicesecretaria Institucional y de Estudios y Programas del PP andaluz y vicepresidenta del PP de Sevilla.

“El Camino de Santiago nos une a andaluces y gallegos desde hace siglos, física y espiritualmente”
“Conozco el Lar Gallego, es un sitio donde siempre quiero volver, donde tengo la sensación de estar en casa”

¿Cómo valora la labor que desempeñan las Casas Regionales en pro de la cultura y más en el último año con la pandemia? Las casas regionales casi las podríamos definir como embajadas culturales que cumplen una doble función. Por un lado, permiten a quienes han tenido que abandonar su lugar de origen mantener un vínculo con éste, con sus raíces y con su historia, y, por otro lado, permiten a la comunidad en la que se asientan conocer y disfrutar de costumbres, gastronomía e idiosincrasia diferentes a
las propias, con lo que eso supone de enriquecimiento cultural. Son, en definitiva, un nexo, un vínculo esencial entre comunidades que nos permiten sentirnos cerca, conocernos mejor y, por supuesto, entendernos. Si todo esto es importante en cualquier circunstancia, no digamos en una tan particular como la pandemia que estamos viviendo y sufriendo, con las restricciones de movilidad, sin podernos desplazar más allá de nuestra comunidad e, incluso, de nuestra provincia.

Vivió algún tiempo en Escocia, ¿qué significó o significa la cultura celta para usted? La cultura celta forma parte de la cultura y de la historia europea y de la cultura y la historia españolas y para mí tiene un sentido muy especial. El tiempo que pasé en Escocia me sirvió para conocerla mejor, para ahondar en sus raíces y para valorar todo lo que ha aportado a la nuestra propia. Es una cultura ancestral que ha pervivido a lo largo de los siglos y que ha sabido no sólo sobrevivir, sino además, y esto es lo que más destacaría, convivir con otras tradiciones y otros pueblos sin perder su esencia. Tenemos mucho que aprender de ella.

Díganos el rincón más simbólico y emblemático de Galicia que haya visitado y que nunca olvida… Sin duda, el rincón de Galicia que más significa para mí es la Catedral de Santiago, un lugar que emociona y transporta al mismo tiempo, un testigo excepcional de la historia y con una enorme carga religiosa, por no hablar del valor monumental de ese templo y de todo el entorno, con esa extraordinaria Plaza del Obradoiro. La Catedral de Santiago significa todo eso
y mucho más y en ella encuentras una paz espiritual que no es fácil de hallar, sobre todo en estos tiempos.

Además de la Catedral de Santiago ¿con qué otro monumento se queda? Galicia tiene una riqueza patrimonial extraordinaria, con multitud de monumentos que no hay que dejar de visitar. Pero, al mismo tiempo, Galicia es su entorno natural, su naturaleza, sus paisajes, su riqueza medio ambiental y, cómo no, sus playas. La de Razo, por ejemplo, con un arenal salvaje de cinco kilómetros, siempre me trae muy buenos recuerdos de mi hijo pequeño que
adora el mar.

Si un gallego llega a Sevilla ¿a qué lugar debe ir, además de los más conocidos de la ciudad? ¿cómo sevillana recomiende uno? Sevilla merece ser conocida con pausa, a pequeños sorbos, sin prisas. Perderse por sus calles, disfrutar de sus plazas, asombrarse con sus iglesias o palacios… La Catedral, la Giralda, el Alcázar, el Archivo de Indias o el Museo de Bellas Artes de Sevilla son paradas obligatorias, pero, además, yo recomendaría dejarse llevar por el
instinto y adentrarse en el barrio de Santa Cruz. Es una experiencia inolvidable.

¿Ha hecho el Camino de Santiago? Dicen que hay cosas que tiene que hacer una en la vida al menos una vez y el Camino de Santiago es, para mí, una de ellas. Aún no he tenido la oportunidad de peregrinar a Santiago, pero es
una experiencia que anhelo y es un deseo que pienso cumplir más pronto que tarde. Sobre todo, ahora, con el impulso que estamos dando desde los gobiernos regionales de Andalucía, Castilla y León, Extremadura y Galicia para revitalizar la Vía de la Plata como camino de peregrinación a Santiago de Compostela de cara al Año Santo 2021. Una alianza inédita en favor de la difusión de la Vía de la Plata por el progreso colectivo, la vivencia cultural y la dinamización socioeconómica. Así fue concebida esta propuesta, no sólo como una fuente de información para los peregrinos, sino como una oportunidad para conocer, compartir y descubrir la España interior. También como un motor de implicación ciudadana.

¿Está bien señalizado el Camino de Santiago a su paso por Andalucía? Desde la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico estamos trabajando en esa línea y en reforzar los lazos culturales que nos unen como una comunidad hermana como es Galicia. Tenemos ya planteadas acciones para favorecer la señalización y el trazado, mejorar la atención de los peregrinos y conectar la Vía de la Plata con los atractivos turísticos de los territorios que atraviesa, donde no faltan espacios naturales protegidos y un patrimonio artístico impresionante que te traslada en el tiempo.

Andalucía y Galicia se unen por este camino histórico ¿Qué más une a gallegos y andaluces? Ciertamente, como ya hemos comentado, el Camino de Santiago nos une a andaluces y gallegos desde hace siglos, física y espiritualmente. Pero hay más vínculos entre nuestras comunidades, una forma de ser que en numerosos aspectos es similar, una mentalidad abierta y hospitalaria. Siempre nos hemos entendido bien y nos hemos sentido como en casa los andaluces en Galicia y los gallegos en Andalucía y, de hecho, la comunidad gallega en Andalucía es tan notable como la de andaluces en Galicia. Nos sentimos cerca unos de otros porque compartimos mucho.

Sevilla y Santiago de Compostela, ciudades culturales con un rico patrimonio histórico, ¿tienen cierta semejanza consejera? Sin duda. Sevilla y Santiago de Compostela son dos ciudades con una historia que, en cierto modo, ha discurrido paralela. La religiosidad ha marcado su desarrollo y es evidente en sus monumentos, en su riqueza patrimonial e histórica y en su cultura y sus costumbres. Son ciudades, además, que al mismo tiempo que son íntimas, son abiertas y hospitalarias, además de llenas de vitalidad y con la vista puesta en el futuro.

En el Lar hemos tenido que reinventarnos para continuar nuestras actividades cumpliendo las nuevas medidas de seguridad establecidas, ¿Cómo cree que lo ha hecho la cultura en Andalucía? Este año que llevamos en situación de pandemia nos ha obligado a todos a reinventarnos, a cambiar nuestra forma de vida, nuestras costumbres, nuestros hábitos sociales y ha tenido un enorme impacto en toda la actividad con proyección social y cultural. Ha sido durísimo, en especial en los primeros meses en los que el confinamiento era total. He de decir, como consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, que el sector cultural ha mostrado su grandeza en estos difíciles momentos y ha tenido un comportamiento ejemplar, pese a las dificultades y limitaciones marcadas por la crisis sanitaria. Ha demostrado ser, además, uno de los pilares fundamentales para la recuperación económica y social en nuestra comunidad. Ha demostrado que es segura y que, más que nunca es esencial.

Conoce el Lar Gallego de Sevilla… cuando todo esto pase esperamos su visita por nuestro Lar para vivir la fusión Galicia y Sevilla de nuestro Lar… Ciertamente conozco el Lar Gallego de Sevilla y he tenido la inmensa suerte de disfrutar allí de la cultura y tradiciones de Galicia con sus mejores embajadores, entre ellos el actual presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. Es un sitio donde siempre quiero volver, donde tengo la sensación de estar en casa.

Unas palabras para nuestros lectores… Me gustaría insistir en los lazos fraternales que nos unen a los andaluces y a los gallegos y en la necesidad de cuidarlos y potenciarlos. Yo me siento muy cerca de Galicia y de los gallegos. Quiero dar las gracias al Lar Gallego, por reforzar, cada día desde hace años, la unión con nuestros hermanos gallegos, con los que compartimos tanta cultura y tantos principios. Sin duda, estos lazos fraternales que unen andaluces y gallegos son una garantía para la cohesión entre ambas comunidades y, sobre todo, una garantía para el presente y el futuro de nuestro país.